La nueva cinta de Almodóvar estrenada la pasada semana
me produjo sensaciones contradictorias al salir del cine.
Por un lado la puesta en escena
de los actores me pareció muy
eficaz y algunos chistes funcionan
rodados, pero todavía no me acabo de quitar esa sensación de deja vú cuando al salir del cine te preguntas: ¿donde nos lleva el director? o ¿verdaderamente necesitaba Almodóvar volver al
género que le dio la fama?.
A la cuestión de donde nos lleva el director, personalmente, que a ningún sitio, solo realizó esta comedia para volver a sentir las sensaciones del origen de su cine como "Entre tineblas" incluso también "Mujeres al borde de un ataque de nervios", a ese cine hilarante y colorido que tan bien maneja.
También pienso que el regreso a la comedia del director manchego, si bien no se le puede catalogar de comedia redonda como a "Mujeres a borde de un ataque de nervios" tiene
cosas positivas. Como por ejemplo ese trío de azafatos ligeros de cascos muy bien interpretados por Javier Cámara, Carlos Areces y Raúl Arévalo que se comen la cámara
cada vez que salen a escena.
La crisis social y económica que
sufrimos se refleja muy bien en ese microcosmos que crea el director que es ese avión con distintas categorías de pasajeros
(Turista y Bussines) y el adormecimiento de la clase turista cuando el avión tiene problemas durante el vuelo con destino a México y solo quedan
despiertos los pasajeros "guays"
Y estos al verse al borde se la muerte van desvelando asuntos
íntimos que provocarán mas de una situación alocada.
En resumidas cuentas la vuelta a la comedía de Pedro Almodóvar
se salda con un resultado desigual ya que tiene algunos buenos gags y unos diálogos bastante fluidos, pero se quedará en una obra menor de la filmografía del director debido
a que todo queda en un mero pasatiempo de hora y media, aunque con los tiempos que corren estar entretenido ese tiempo no es poco.
Aguante La leyenda del chupaculos, capo
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